Realmente echaba de menos su infinita paciencia, sus ganas de escuchar siempre que lo necesitase, su buen humor, sus atenciones, siempre haciéndome sentir mejor.
Un día todo eso se fue. Me dejó sola para curarme yo las heridas y me duele más. Me sentí rechazada y no me di cuenta de que no era yo quien debía sentirse así pero es lo que nos pasa siempre al final, solo pensamos en nosotros mismos y lo perdemos todo.
Si, mi día está nublado sin esa personita que siempre me acompañaba
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