Te queda poco tiempo.

Me dices que he cambiado. Tú, precisamente tú, el que menos derecho tiene a decírmelo.
Si, puede que haya cambiado pero, sabes qué? De errores se aprende y puede que no esté dispuesta a esperar toda la vida a que llegue el momento en el que el señorito se de cuenta de que estoy a su lado.
Puede que aun te quiera demasiado, pero tengo pensado dejar todo atrás. Llegará un momento en el que nada de lo que digas me importe o me haga daño, y puede que me cueste pero ten por seguro que cuando me planteo algo lo consigo, siempre.