Una promesa que pasados los días se desvanece igual que los recuerdos de este pasado año 2010.
Sería una tontería opinar sobre si ha sido un buen o mal año.
He perdido amigos, gente que pensé que seguiría junto a mi en el camino para siempre, pero también ha hecho muchos amigos, personas que nunca podría imaginar que se hicieran tan imprescindibles.
He bailado bajo la lluvia y no poco precisamente sintiendo el agua en mi cara y sintiéndome viva como nunca.
He cometido tantas estupideces que casi ninguna se guarda en mi memoria.
Me he reído como una loca pero también he llorado y no me arrepiento de ninguna de esas cosas.
Suspendí los 2 primeros exámenes de mi vida, me caí cientos de veces y choqué contra cristales otras tantas porque siempre tengo la cabeza en las nubes.
Engañé a mi madre y como todo buen español me fui a bañarme a la fuente más cercana cuando España ganó el mundial.
He tenido miedo a llorar, reir, arriesgarme, al muñeco de SAW, la soledad...
Me he ido por ahí con mis amigos pero también me he quedado en mi casita con un buen libro o escuchando música que jamás pensé que me fuera a gustar.
He discutido más veces con mi madre de las que me hubiese gustado pero que se le va a hacer.
Pero bueno, dejemos de mirar hacia el pasado y miremos al futuro un 2011 lleno de retos, aventuras y 1000 cosas por esperimentar.
Nadie dijo que la vida fuese fácil.
Podemos probar a vivir la vida al máximo
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